Yo corría y
corría por las tinieblas pero por más que lo hacía sentía como aquella sombra
negra estaba a punto de alcanzarme. Hasta que al final del bosque había un
terrible abismo sin fin. Me detuve cerca
de la punta de una roca al final del camino, en dirección al abismo,
allí se encontraba mi hermana con una mirada totalmente perdida. La sombra negra me acechaba. Se acercaba más
y más y yo caminaba en dirección a Diana. Por momentos tenía la sensación de
que se caería al vacío. Hasta que de repente, aquel espectro me dejó a un lado.
Parecía que mi hermana era ahora su objetivo. De un solo toque aquella sombra la empujó y sin
más remedio, cayó.
-
¡No! –grité al despertarme de la terrible pesadilla.
Estaba sudando bastante y, al parecer, Harry se había despertado por mi grito.
-
¿Qué pasa? –preguntó preocupado al verme
agitada. No pude evitar comenzar a llorar. –No llores, ¿has tenido una
pesadilla?
-
S…sí… Di…Diana… Yo… y… –Los sollozos no me dejaban
pronunciar palabra. –Había u… una sombra y…y un abis…bismo.
-
Ssh…
Tranquila… Ven aquí. –apoyé mi cabeza en su pecho hasta que conseguí calmarme,
entonces me preguntó qué era lo que había soñado.
-
Una sombra, me perseguía. Pero luego se fijó en
ella, Diana. Y la empujó… y se cayó. –estaba temblando.
-
Ya pasó, solo ha sido un mal sueño…
-
Parecía tan real… ¿qué hora es?
-
Las seis. –dijo observando su reloj. –Se me ha
ido el sueño.
-
A mí también. Mi tía debe estar por levantarse
¡Harry!
-
¿¡Qué!? –exclamó asustado.
-
¿Qué haces en ropa interior? ¡Tápate! –él rió.
-¡Ssh! Cállate. Si mi tía te ve me mata.
-
Bueno, relájate. Se me ha olvidado que estaba en
tu casa. –de repente oímos la voz de mi tía.
-
______, ¿estás despierta?
-
Dios mío –pensé- Rápido Harry, ve a cambiarte al
baño.
-
¿______? –volvió a decir mi tía.
-
¡Sí, ya estoy despierta! –observé como mi tía se
acercaba hacia mí. Menos mal que Harry ya se había ido.
-
Cariño, necesito hablar contigo.
-
Claro tía. Dime.
-
Verás, anoche hablé con tu madre sobre lo de
Diana. Me ha dicho que está muy preocupada por ti, no quiere que pienses cosas
que no son.
-
Pero… ella no quiere venir, Diana la necesita.
-
Lo sé, como también sé que tu madre tiene sus
razones. En este momento no te puedo decir cuáles son, pero tengo que
comunicarte algo muy importante.
-
Que… -dije alentándola.
-
Tu madre está en este momento en Nueva York.
Ella quiere que trasladen a Diana a una clínica de allí. –Mis ojos se abrieron
como platos. –Será lo mejor, ______. Ya lo hemos discutido, no hay marcha
atrás.
-
Pe…pero… ¡No puede ser! ¡¿Tú también estás en mi
contra!? –estaba furiosa. No podía permitir que se llevaran a mi hermana. No…
-
Nadie está en tu contra- dijo ella calmada, pero
a la vez muy seria. –Allí tu hermana estará mucho mejor, hay médicos más
especializados y quizás se recupere más rápido. –no podía competir contra
aquellos argumentos. Si Diana estaba mejor allí tendría que aceptarlo.
-
Nueva York está muy lejos… ¿Y si le pasa algo?
No estaré allí para despedirme de ella, no quiero que se la lleven tía… -una
lagrima resbaló por mi mejilla.
-
Te aseguro que la volverás a ver, cariño. Confía
en mí. –me dedicó una sonrisa y luego nos abrazamos.
-
¿Cuándo se va?
-
Mañana por la mañana. Daros prisa, si tú y tus
amigos queréis verla, tendrá que ser hoy.
-
Muy bien. Llamaré a los demás.
-
¡Oh! Se me olvidaba decirte que yo acompañaré a
tu hermana durante el traslado y me quedaré una semana por allí. Hace mucho que
no veo a tu madre, ¿de acuerdo?
-
Sí… -Mi tía se vistió para ir al hospital antes
que nosotros, ya que luego tendría que irse a trabajar. Así era ella, siempre
tan ocupada.
Harry salió del
baño justo en el momento en el que mi tía se fue.
-
¿Por qué has tardado tanto? Tenemos que hablar…
-
Estos rizos no se peina solos, cariño… Oh no, no
será lo que yo pienso… por favor, no he hecho nada. No te engañaría con nadie
¡ni siquiera me ha dado tiempo de conocer a nadie más hoy! No me dejes –
Suplicó. Yo miré a Harry confundida y luego solté una carcajada.
-
No te voy a dejar. Es sobre otra cosa… quieren
trasladar a Diana a otro hospital, en Nueva York.
-
¿¡Qué!? –exclamó -¿Cuándo?
-
Mañana, debemos ir hoy a pasar el día con ella.
¿podrías avisar a los chicos?
-
Claro, princesa. -¿princesa? Nunca, en mi corta
vida, me habían llamado así. Era tan tierno.
-
Gracias –sonreí –voy a cambiarme, enseguida
vuelvo.
Me di una ducha
rápida y me vestí así:
Cuando salí,
observé a Harry. Él estaba hablando por teléfono, y por lo que alcancé a oír,
era Niall. Se veía extremadamente sexy. En un momento levantó la mirada y me
vio. Sonrió y yo le devolví la sonrisa acercándome a él.
-
Te dejo, Nialler. Sí… muy bien, nos vemos allí
en un rato. Adiós. –colgó- Wow, estás preciosa. –dijo mirándome de arriba
abajo.
-
No digas tonterías –sonreí – ¿Qué te dijo Niall?
-
¿Qué tonterías? Harry Styles nunca miente, que
lo sepas. –me guiñó un ojo –me ha dicho que le avisará a los chicos y nos vemos
en el hospital en una hora. ¿Quieres ir a desayunar?
-
Primero: sí mientes. Porque yo no estoy
preciosa, estoy normal. –él rió. –Segundo: Tengo mucha hambre, y eso es raro en
mi por las mañanas, así que sí, vamos a desayunar. –le di un corto beso en los
labios.
-
Tercero –comenzó a decir él -¿eso es todo?
-
¿Qué más quieres que diga? –dije confusa.
-
Me refiero al beso, ¿fue ese “besito” mi BESO de
los buenos días?
-
Estás muy loco. –comenté riendo.
-
Tú me vuelves loco. –se acercó mucho a mi y rozó
sus labios con los míos. Yo me sonrojé instantáneamente y sonreí. –Me encantas
de todas las formas posibles, pero es que cuando sonríes… -se mordió el labio
inferior y emitió un pequeño gruñido. Yo solté otra carcajada.
-
Definitivamente hoy estás más loco que nunca.
–acorté la poca distancia que quedaba entre nosotros y comencé un tierno beso,
que poco a poco fue pasando de fase. Hasta que nos tuvimos que separar por
falta de aire. Lo miré a los ojos con complicidad. Me fui acercando otra vez a
él, pero más despacio. Hasta que llegué a la comisura de sus labios.
-
Tenemos que irnos –susurré y me separé
rápidamente dejándolo solo, esperando algo. Cosa que me hizo reír.
Narra Niall:
Estaba durmiendo plácidamente,
cuando mi teléfono comenzó a sonar. Me levanté rápidamente para que los demás
no se despertaran y cogí el pequeño aparato. Era Harry.
-
Tío, son las siete. ¿Qué quieres?
-
Lo siento –dijo él –es importante.
-
A ver, cuéntame.
-
Van a trasladar a Diana a Nueva York mañana.
-
¿¡Qué!? –exclamé en bajito. -¿Por qué?
-
Porque su madre lo quiere así, según tengo
entendido. Avísale a los chicos, nos vemos en el hospital en una hora y media.
-
Muy bien. ¿Y cómo está ______?
-
Aparentemente bien –hizo una pausa - Te dejo,
Nialler.
-
¿Ha llegado ella?
-
Sí… -no sé por qué pero creo que sonreía.
-
De acuerdo. Que te vaya bien. Adiós.
-
Muy bien,
nos vemos allí en un rato. Adiós. –colgué.
El sueño se me había ido, así que
bajé a la cocina a comer algo, me moría de hambre. Me sorprendí al ver a Louis
sentado con un vaso de agua en frente.
-
Lou, ¿Qué haces despierto?
-
No he pegado ojo en toda la noche, pobre Diana…
-
Eh… tengo una noticia –dije nervioso, no sabía
qué tal le sentaría esto a él. –Creo que hoy será la última vez que veamos a
Diana. Por lo menos en ese estado.
-
¿Qué pasa? ¿Por qué dices eso?
-
Porque me he enterado de que la van a trasladar
a otro sitio…
-
¿¡Qué!? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿A dónde?
-
Calma, calma… se la llevan porque su madre
quiere eso. Mañana y a Nueva York.
-
Dios… no pueden quitármela así.
-
Lo siento, Louis. Pero recuerda que la que
decide es su madre, no nosotros.
-
Bueno, entonces ¿Qué esperamos? Vamos a verla.
-
Hemos quedado con Harry dentro de hora y media
en el hospital. Más tarde le avisamos a los demás, es muy temprano.
-
Está bien. –Louis se levantó y fue escaleras
arriba, me imagino que a su cuarto. Yo me quedé preparándome el desayuno. Y
pensando, como siempre en… mi amor secreto.
Narra Diana
Por mucho que la gente diga lo
contrario, no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Y yo lo perdí.
Perdí el control de vivir, ahora estoy en una cama. Mi cuerpo está dormido,
pero mi mente está en una lucha contra la vida y la muerte. Pendo de un
diminuto hilo y si este se rompe, entonces yo caigo y… fin. Puedo observar como
enfermeras vienen cada hora a mi habitación, hacen algunos apuntes, me acomodan
el suero y se van. Siempre lo mismo. A veces viene un médico. Me cae muy bien,
siempre me está hablando y dice que debo luchar porque hay mucha gente en el mundo
que me quiere y me necesita. Luego apaga la luz de mi habitación y se va. Es en
esos momentos cuando necesito que alguien esté conmigo, a mi lado. Recuerdo
cuando era pequeña y me daba miedo la oscuridad, mi hermana siempre estaba
dispuesta a dejarme dormir en su cama cuando tenía pesadillas. Ahora más que
nada la necesito, necesito que me ayude a escapar de esta pesadilla.
Recuerdo con claridad el
accidente del avión. Nunca me imaginé que esto podría ocurrir. Yo estaba
hablando con una pequeña cuando de repente empezaron a producirse turbulencias.
La niña me cogió la mano, estaba asustada, yo también, pero no iba a
demostrárselo. Las turbulencias aumentaron y el piloto anunció que realizarían
un aterrizaje forzoso. Pero salió mal. Me gustaría saber cómo está toda la
gente que iba en el avión conmigo, quisiera saber cómo se encuentra la pequeña
que se sentaba a mi lado. No puedo imaginármela en un estado semejante al mío.
Por dios, éramos gente joven. Teníamos toda la vida por delante. No entiendo
como esto puede ocurrir así. Quisiera tener a alguien que me escuchara en este
momento y que supiera explicarme el por qué de estas tragedias. Hay gente que
no se merece nada de esto. Y ahora que lo pienso, yo quiero luchar por mi vida.
Quiero crecer, formar una familia, vivir, eso es: quiero vivir, y lo
conseguiré.
Narra ______:
Harry y yo habíamos ido a un
Starbucks a desayunar. Luego nos dirigimos al hospital y allí nos encontramos
con los chicos, Daniela y María. Nos saludamos todos, yo le mandé una mirada cómplice
a Louis.
-
Voy a hablar con Louis. –le susurré a Harry.
-
De acuerdo, aquí te espero. –me dijo. Me acerqué
a Louis y le toqué el hombro.
-
¿Podemos hablar? –dije sonriéndole.
-
Claro, vamos a la cafetería. –llegamos y nos
sentamos.
-
No quiero que estés mal por esto. Ella estará
mejor en Nueva York, ya lo verás.
-
Lo sé, pero la echaré de menos. Diana era
especial.
-
Pronto la volveremos a ver, te lo prometo.
-
Gracias ______. He tenido mucha suerte por
conocerte, eres una gran amiga.
-
Eso es porque aprendí de ti. ¿Vamos con los
demás?
-
Me quedaré aquí un rato más. Necesito pensar…
-
De acuerdo, si necesitas cualquier cosa avísame
¿vale?
-
Si –me sonrió y me fui otra vez con los chicos.
Cuando llegué todos estaban
sentados, menos Daniela. Desde que la vi me pareció que estaba algo nerviosa.
-
¿Te pasa algo? –pregunté.
-
Eh… no, nada. ¿Por?
-
Vamos, Daniela. Te conozco lo suficiente como
para saber que no estás bien. Cuéntame.
-
Es que… es complicado. No quiero que te enfades
conmigo.
-
Nunca lo haría, por favor, confía en mí.
-
Está bien. Bueno… el caso es que… me han
ofrecido un contrato en Milán para trabajar como modelo.
-
¡Eso es genial! ¿Por qué creías que me iba a
enfadar?
-
Porque… me marcho en dos días… -ella estaba algo
¿asustada?
-
¿Qué? –vale, la noticia me había tomado por sorpresa
y en este preciso momento no me convenía que se fuese una de mis mejores
amigas. Pero traté de sonar lo más normal posible para que no se diera cuenta.
–No… no sabes cuánto me alegro por ti.
-
¡Gracias! Eres una gran amiga. Te quiero,
gracias por entenderme. Créeme que de verdad me hubiera encantado permanecer
aquí contigo en este momento…
-
Tranquila –tomé sus manos –esta es una gran
oportunidad que quizás no se te vuelva a presentar y… y yo quiero que cumplas
tu sueño. –en ese momento me acordé del día en que nos conocimos y sonreí
inconscientemente.
Flashback
Al salir a la
calle, el frío golpeo mi rostro. Era bastante notable la diferencia de
temperatura, pero no me disponía a pasar mis vacaciones, encerrada en un
apartamento. Metí mis manos en los bolsillos del abrigo porque olvidé ponerme
guantes. Caminé y caminé hasta entrar en un centro comercial. Sí, los centros
comerciales eran mi debilidad, por alguna extraña razón me atraían. Además,
dentro hacía menos frío. Una vez en el centro comercial, me fijé que había
demasiada gente para ser un día de entre semana y además las 9 de la mañana.
Me acerqué a la
multitud y pude divisar una especie de pasarela repleta de chicas, todas eran
muy hermosas y bastante altas. Entonces me fijé en una de las muchachas, ella
estaba en una esquina lejos de la pasarela y por lo que pude observar, estaba
llorando. Sin pensarlo dos veces me acerqué hasta ella, que alzó su vista para
observarme y pude confirmar que estaba llorando. A pesar de eso, la chica era
muy bonita. Además de ser alta, su cabellera era larga de un color castaño
oscuro llena de hermosas ondas. Era de tez morena y ojos celestes como el
cielo. Verdaderamente esta chica era preciosa. No entendía por qué lloraba.
-
¿qué te ocurre? –pregunté al ver que seguía
llorando desconsoladamente.
-
…–no dijo nada, simplemente se secó las
lágrimas.
-
Puedes contármelo. Tal vez te sientas mejor.
–insistí.
-
La gente aquí es racista y discriminatoria.
Sobretodo ellos. –señaló a un grupo de personas que se encontraba en frente del
grupo de chicas.
-
¿Pero que te han hecho?
-
No me han dejado presentarme al casting para ser
parte de las modelos que exhibirán la nueva tendencia de Olga Martí por el
hecho de que no soy de aquí.
-
No deberías sentirte así por eso. Ellos se lo
pierden porque tú eres una chica preciosa, y ¿sabes una cosa? Cuando salgas en
portadas de revistas mostrando otra colección de otro diseñador, ellos se
retorcerán de la envidia y querrán contratarte y tú les pagarás con la misma
moneda.
-
¡Vaya! Eres vengativa.
-
Tengo una hermana. –dije sonriendo.
-
Me llamo Daniela, ¿y tú eres…?
-
Yo soy _______, vivo en (tp).
-
¿quieres venir a tomar un café?
-
La verdad me alegra que me lo digas, no he
conocido mucha gente por aquí.
-
Yo tampoco. Llegué ayer a Londres y eres la
primera chica “normal” que conozco.
-
¿chica normal?
-
Si… la única chica que no es modelo. O eso
espero.
-
¡Ah! Puedes estar tranquila –dije riendo. –no
soy, ni seré modelo.
Fin del flashback
-
¿Qué pasa? –preguntó al notar mi sonrisa.
-¿______?
-
Cuando salgas en portadas de revistas mostrando
otra colección de otro diseñador, ellos se retorcerán de la envidia y querrán
contratarte y tú les pagarás con la misma moneda. –dije repitiendo lo mismo que
aquel día.
-
Eres genial, nunca te olvidaré.
-
No, no digas eso. Todavía no es momento de
despedirse.
-
Tienes razón, pero te lo digo de todas formas.
–sonrió y nos abrazamos.
Después de un rato, vi que el
médico que atendía a Diana salía de su habitación y nos dio permiso para entrar
a verla. Así que me adentré en el pequeño cuadrilátero y observé a mi hermana
durmiendo en aquella camilla. Era la primera vez que la veía así… en estado de
coma. Me acerqué lentamente y tomé su débil mano.
-
No sabes lo mucho que te voy a extrañar… nunca
en la vida habíamos estado tan cerca y a la vez tan lejos. –hice una breve
pausa. –Me haces mucha falta ¿sabes? Hay muchas cosas que tengo que contarte, y
aunque quizás no me oigas, te las contaré igual. Louis te quiere, y mucho. Te prometo
que si despiertas, no me interpondré entre vosotros. Daniela me ha dicho que se
irá a Milán, le han ofrecido un contrato. Esa chica es genial, seguro que
triunfará. Y… bueno, tengo que contarte algo muy importante para mí. Harry y yo…
estamos saliendo. Me he dado cuenta de que él me hace feliz y lo quiero mucho. ¡Dios!
no sabes lo que daría porque estuvieras aquí conmigo… pero si ese viaje a Nueva
York hace que te estés mejor, entonces debo dejarte ir. Aunque no sin antes
prometerte que pase lo que pase, siempre estaré contigo. No me importa la
distancia. Recuerda, tú y yo estaremos siempre unidas. Te quiero, hermanita. –me
despedí dándole un beso en la mejilla y me fui de la habitación derramando
alguna lágrima.
Divisé a Harry, estaba sentado
hablando con Louis. Me acerqué a ellos y le dije a Lou que podía entrar a
despedirse de mi hermana. Él, encantado, accedió. Y yo me quedé con Harry.
Narra Louis:
______ me dijo que pasara a ver a
Diana. Así que me levanté de la silla y pasé al cuarto. No pude evitar soltar
una lágrima cuando la vi. Allí estaba, tumbada en una cama, inmóvil… me acerqué
y le di un beso en la comisura de los labios.
-
Te echo de menos. Y nunca pensé que diría esto, tal
vez suene mal por nuestra considerable diferencia de edad, pero me he enamorado
de ti. Y he sido tan estúpido que me he dado cuenta muy tarde. No sabes cuánto
lo lamento. –tomé su mano –Te juro por Dios que saldrás de esta, aunque me
cueste la vida. Tú tienes derecho a vivir y no es justo que estés así. Te
prometo que siempre que pueda iré a visitarte y… no te olvides de mí. Te quiero.
–le di un último beso y me fui.
Permanecí
sentado en una silla con ______ hasta que todos terminaron de despedirse de
Diana. Ya era tarde y teníamos que marcharnos del hospital, pero ______ se
negaba. Ella quería pasar la última noche con su hermana. Yo la entendía perfectamente y me ofrecí
voluntario para quedarme con ella. Harry también quería hacerlo, no entendía
por qué tanta pegajosidad entre ellos. Pero me dio igual, en aquel momento solo
quería estar con mi pequeña Diana. Hubo una pequeña discusión hasta que por fin
Harry cedió y se marchó a casa con los chicos. ______ nos fuimos a la cafetería
y nos quedamos un rato hablando.
Narra Daniela:
Me sentí
bastante bien cuando ______ me apoyó al saber lo de mi viaje. La verdad, me
entristecía un poco dejarla sola con lo de Diana, pero no podía desaprovechar
la oportunidad. Estuve hablando con Liam, era un chico genial. Nunca lo había
visto como más que un amigo, pero no sé… descubrimos que teníamos mucho en
común y ahora creo que podría ser algo más que eso. Nos íbamos a ir, pero tenía
ganas de ir al baño y le pedí a los chicos que me esperasen, pero creo que
nadie me oyó salvo Liam, que estaba en la puerta de fuera esperándome.
-
¿Qué haces aquí? ¿Y los demás?
-
Eh… tenía ganas de ir al baño… ¿no les has dicho
que esperen?
-
Sí, pero creo que ninguno me oyó, ¿Crees que se
olviden de nosotros?
-
Serían muy maleducados si lo hiciesen.
-
Liam –dije mirando hacia la nada. –creo que lo
son. ¡Nos han dejado aquí!
-
Bueno, no pasa nada. Pediremos un taxi.
Nos fuimos en taxi a mi casa y me
despedí de Liam, para quedar al día siguiente con él.
Bueno chicas, he aquí el capítulo que os prometí ayer. Decidí exprimirme el cerebro y escribir para subirlo hoy jajaja la semana que viene otro!!! espero que os guste mucho mucho y quizás no me pase por aquí hasta el sabado de la siguiente semana porque tengo ya bastantes exámenes que preparar :S por favor, COMENTAD, hacerlo por dios, o si no moriré. jajajaja vale, no moriré pero vosotr@s si lo haréis si no me comentais los capítulos. Y si os da la vara comentar, votais y ya está. Hay opciones para cada quien xd bueno, chauss ^^ PDT: por cierto, descubrí (para que veáis lo anticuada que soy jajaja) la página esta para hacer conjuntos de ropa (estoy viciada) y ahora me dio por poner la ropa de la rayis jajaja no me acuerdo el link, ya os lo pondré