Music

Opinión sobre la novela

lunes, 18 de febrero de 2013

criaturas

¿Soy yo, o hace mucho tiempo que no me paso por aquí? jajaja SOY YO, FIJO.
Bueno, es que tengo varias cositas para deciros :)

ejem, ejem,
FELIZ SAN VALENTÍN <3 span=""> cof cof *atrasado* cof cof


Ya está. A ver que sigo. Bueeeno, estoy escribiendo los capítulos pero como siempre ando muy agobiada con las clases y ese tema. Dios, como quiero acabar ya el curso!

Vale, el otro día me descargué unos libros y el que me leí me encantó así que voy a hacer una adaptación en semana santa y la subiré rápido para seguir con mis novelas. (de esto ya os hablaré en otra ocasión) en realidad la historia es una trilogía (y otro libro aparte), así que voy a hacer adaptaciones con  los chicos que me faltan porque me da miedo quedarme sin inspiración (como me está pasando con la otra novela) y en verano  me pondré a -maquinar- como loca.

Como no he recibido más "arte" voy a subir lo que tengo y pista.

Y si tenéis alguna sugerencia para la otra novela, decirmelo vale? es que tengo miedo de tener que dejarla (en un caso extremo) por no saber seguirla.

Bueno, eso era todo. Pronto me pasaré :)
besos <3 p="">

viernes, 8 de febrero de 2013

Capítulo 12. 2ª T.






Narra ______


No había hablado con Austin desde el día de la cita, hace dos semanas. Me sentía culpable, pero en parte era  mejor no vernos y así evitar momentos incómodos.
Me encontraba en mi nueva, o no tan nueva, habitación mirando los correos en el ordenador que me había comprado hace poco. Mis padres habían estado muy ocupado durante estos días, por eso casi nunca estaban en casa y esta estaba muy silenciosa. Diana se había infiltrado, por decirlo de alguna manera, en la casa de los chicos. Eso era bueno, me hacía falta un “topo” que me trajera noticias y mejor aún si lo hacía sin darse cuenta de su hazaña. Porque Diana, como todos sabemos, es así. Y sin comerlo ni beberlo, te cuenta toda la información necesaria en un minuto. Oí como se cerraba la puerta principal. El ruido hizo que me sobresaltara en la mullida silla vieja que siempre complementó el escritorio de madera donde se encontraba posado el ordenador. Los pasos que siguieron el estruendoso ruido, se incrementaron y supe que eran varias personas las que, entonces, subían las escaleras de mármol. Antes de poder pronunciar el nombre de mi hermana, la gran puerta rosa pálido de mi habitación se abrió mostrando tres cabezas.
- ¡Estás aquí! –exclamó con una sonrisa de oreja a oreja mi hermana.
- ¿Es una novedad? –preguntó Marta, sarcástica, como siempre.
- Ja, ja. –respondí con el mismo tono. -¿Cuál es el motivo de la felicidad que irradia en vuestros preciosos rostros?
- Estábamos con los chicos en su casa. –Comentó Amanda para dar comienzo a la historia.
- Lo estábamos pasando muy bien, hasta que llegaron Harry y su espantosa novia a darnos una noticia. –Madre mía, ¿¡Se iban a casar!? –No se van a casar. –respondió Diana como si me hubiera leído el pensamiento.
- Entonces la famosísima Charlotte Grey anunció con su malévola voz: “Estáis todos invitados a mi desfile mañana”. –continuó Marta. –Y, a nuestro parecer, Harry te buscó con la mirada. No te encontró, así que dijo…
- “¿Y ______?” y yo como tu buena hermana le respondí: No ha venido. Entonces Charlie dijo claro y conciso: Oh, también está invitada.
Las tres me ensordecieron con el grito agudo que salió de sus gargantas.
-Genial. No voy. –dije sin apartar mi vista de la pantalla.
-¿Qué? ¿Por qué? –preguntó Amanda decepcionada.
-He quedado con Austin. –Mentí. Ciertamente no tenía ganas de encontrarme con Harry, y menos con su odiosa novia.
- ¿No puedes cancelarlo?
- Lo siento, chicas…
Genial. Ahora tenía que quedar con Austin para salvar mi pellejo…
Las chicas se marcharon desilusionadas de mi habitación. Su desilusión solo duró dos segundos, ya que nada más abandonar mi cuarto, comenzaron a chillar que se irían de compras al centro comercial.
Necesitaba despejarme. Tomé una toalla y me dirigí hacia el baño. Me agaché levemente y giré la manilla hasta que el agua estuviera totalmente caliente, para después regularla. Me despojé de mi chándal y antes de que el agua se desbordase, cerré la llave y me incorporé. Previamente había puesto música en mi teléfono móvil. Cuando estuve totalmente cómoda, cerré los ojos y el tiempo comenzó a correr.
Cuando comencé a sentir frío, abrí los ojos lentamente y contemplé que todavía me encontraba en la gran bañera. Mi piel estaba lo suficientemente arrugada como para creer que había mutado a un pez. Tomé la toalla, aún algo grogui, pero con precaución para no resbalarme, y salí de la pequeña piscina. Había conseguido mi objetivo. Estaba relajada.
Eran las seis de la tarde. -¡Vaya! Dos horas en remojo era lo que necesitaba. –Pensé. Me acerqué a las puertas de gigantesco vestidor (cortesía de mi madre) que, aunque no fuera una aficionada a la moda, me seguía impresionando. Las abrí cautelosamente y tomé el pijama más cómodo que tenía. Ya, eran las seis pasadas, pero no tenía intención alguna de salir esa noche, así que no había nada mejor que estar a gusto una tarde lluviosa. Cuando terminé de vestirme, salí del vestidor y arrojé la toalla al cesto de la ropa sucia. La idea de desenredarme el cabello no me agradaba para nada, pero con tal de no tener una maraña de pelo después… Puse en mi anticuado estéreo, uno de mis CD favoritos de Mc Fly, ya que los tenía un poco olvidados, y comencé a desenredar todos los nudos de mi cabeza.
Estaba decidiéndome entre sí mandarle un mensaje a Austin o no, entonces, como si me leyera el pensamiento, recibí un mensaje y acto seguido, alguien me llamaba. Me abalancé a la mesita de noche, donde se encontraba el móvil con una sonrisa, que desapareció por completo cuando descubrí de quien se trataba. Dejé que siguiera sonando. Luego, miré el mensaje.
-Sabía que no me ibas a contestar, por eso te mando esto antes. Quiero que seas mi acompañante en el desfile de Charlie y no aceptaré un “no” por respuesta. Harry.
-Bien, mi respuesta es un rotundo “no”. Tengo planes. –Enviar. No recibí ninguna respuesta, y, aunque no lo quisiera, me asustaba.
Al fin, decidí que lo mejor sería mandarle un mensaje a Austin con los planes que tenía para nosotros.
-¿Podrías venir a mi casa mañana hacia las siete? Te lo agradecería mucho, :)
Esperé durante quince minutos, pero al no recibir respuesta, pensé que no tenía ganas de verme. Así que no le di más vueltas al asunto y me fui a la cama. Estaba realmente agotada y aburrida de no hacer nada. Dormir me distraería.
La noche concurrió velozmente. Justo lo que no quería… por lo menos, fue un bonito y luminoso rayo de luz que se coló por la ventana, lo que me despertó. Eso hizo que mi ánimo no se viniera abajo. Me estiré todo lo que pude hasta despertar completamente e hice mi cama y salí de mi habitación para comer algo. Me sorprendió mucho ver a mi madre en la cocina preparando el desayuno, normalmente se iba muy temprano con papá a hacer sus cosas de negocios y no los veía durante el día, aunque ya no me molestaba. Ellos eran felices, o eso creía, y desde que nos mudamos a Londres lo parecían más aún.
-¡Vaya! Hasta que por fin te has dignado a despertar –comentó ella al verme. Una sonrisa adornaba su rostro.
- Creo que necesitaba dormir, ¿dónde está todo el mundo?
-Creo que Diana sigue durmiendo y tu padre… no sé –rió. –no me ha querido decir a donde iba. ¿Debería preocuparme?
- No lo creo, ¡es papá!
- Oye, ¿por qué no vas al desfile del que tanto ha hablado tu hermana y te diviertes un poco?
- No quiero estorbar, ya sabes, estará repleto de famosos y no soy como Diana que está en todas partes.
- De acuerdo, si no quieres no te presionaré. Solo deseo que estés bien –dijo acariciando mi mejilla. –Puedes contar conmigo para lo que necesites.
- Gracias, mamá. Lo tendré en cuenta. –Me senté mientras mi madre, que se había ofrecido amablemente, me servía el desayuno. No recordaba haber tenido un momento tan maternal en mi vida, y podría acostumbrarme a ellos.
Mi madre se marchó a dar una vuelta y hacer algunas compras y yo aproveché para hacerle una visita a mi buen amigo, Liam.
-¡______! ¿Qué te trae por aquí? –mencionó sorprendido al encontrarme detrás de la puerta de su casa.
- Solo venía a hacerte una visita. ¿Cómo va todo?
- Me alegro de verte, todo está bien.
- ¿Y Daniela?
- Con María, han ido a comprar y derrochar el dinero en ropa. –dijo con fastidio.
- Bien. ¿Podemos hablar? Eres la única persona que me comprendería en este momento.
- Claro, pasa y siéntate. ¿Quieres tomar algo?
- Nada, gracias. –me senté junto a él en el pequeño sofá de piel.
- Soy todo oídos.
- ¿Estás al tanto de lo que ocurre con Harry? –pregunté con un tono de nerviosismo bastante notable.
- Algo… ¿Por qué? ¿Ha hecho algo malo?
- Nada. Es solo que necesito consejo tuyo… Verás, el otro día dijo algo que me dejó muy confusa. Y no sé qué debo hacer. –me aclaré la garganta. –Dijo exactamente: “Te quiero”.
- ¿Estás confusa por eso? –preguntó burlándose.
- ¡Él está con Charlie! No puede decirme esas cosas y menos cuando estoy con…
- ¿Con quién? ¿Con ese nuevo amigo tuyo?
- Austin. –Le corregí. –No puede decirme que me quiere cuando una vez dijo que no lo hacía. Eso no se me ha olvidado –murmuré. -¿Qué pasa? ¿Se enamoró “mágicamente” de nuevo?
- Simplemente nunca se olvidó de ti. Charlie es algo como… apariencia, quizás. Nada serio.
- Para mí si es serio. Me sentiría muy culpable si esa relación se rompe por mi culpa…
- Dime una cosa, con sinceridad. –Asentí. -¿Todavía lo quieres? -¿Qué si lo quiero? Quererlo es poco.
- Pues… sinceramente… aún le quiero. –susurré.
- ¿A qué tienes miedo?
- ¡Vamos, Liam! ¿Has visto a Charlie? Como ella, hay miles de chicas más hermosas que yo, más ricas, más…
- Más nada. –interrumpió. -El amor no se compra ni con dinero ni con belleza. El amor se compra con amor y ya está. No pierdes nada por intentarlo y si lo que te preocupa es Charlie, puedes estar tranquila. Daniela se encargaría de ella. –sonreí.
- No sé como lo haces, pero siempre me siento mejor después de hablar contigo. Aunque, tendré que pensarlo… no es fácil, no quiero hacerle daño a nadie.
- Me alegra haberte ayudado. ¿Vendrás al desfile?
- No lo sé, puede… -me levanté del sofá con dirección a la puerta de entrada.
- Ya sabes dónde encontrarme. –Sonreí por última vez y me encaminé hacia mi casa.
El día seguía soleado y los pájaros cantaban. Perfecto. Yo estaba en la terraza, aprovechando el sol, que pocas veces aparecía y debatiéndome si ir o no ir al desfile. Opté por la segunda opción. Diana, en cambio, estaba más estresada de lo común. Me reí por lo bajo y continué mi tarea de ponerme algo morena.
El sol se puso, Diana se fue y mis padres salieron a cenar. Estaba sola de nuevo y me entristecí un  poco. Además me frustraba que Austin no me hubiese respondido el mensaje, que yo sepa, no había ningún motivo por el que estuviese enfadado conmigo. Recalco el “que yo sepa”.
Fui hasta la cocina a prepararme algo de comida, pero la pereza pudo conmigo y opté por pedir una pizza. Mientras tanto, me senté en el sofá y encendí la televisión. No ponían nada bueno, así que dejé un programa de cocina que hizo que mi hambre aumentara. Ya eran las siete y el timbre se escuchó. ¡Genial! –exclamé en mi fuero interno. Abrí la puerta pensando en lo buena que estaría la pizza, pero en vez de eso, una mezcla tremenda de emociones se reflejó en mi cara al verlos. No me puede estar pasando esto a mí. –murmuré.
-¿Qué haces así vestida? Te dije que serías mi acompañante.
- ¿Acompañante? Creí que querías que saliéramos.
- ¿______?
-¿Qué hacéis los dos aquí? –dije muy pausadamente para controlar mi enfado, sin motivo alguno.
- Vengo a buscarte –dijeron los dos al unísono.
- Vendrá conmigo, es MI acompañante.
- Me ha pedido a MÍ que viniese.
- ¿______? –Volvieron a preguntar, esperando mi opinión al respecto.
- Creí que no querías verme, por eso no me arreglé. –me dirigí a Austin. –En cuanto a ti, Harry, te dije que no iría al desfile.
- Y yo te dije que no aceptaría un “no” por respuesta. Vamos, date prisa y arréglate.
- ¡No!
- ______... iremos. –dijo firme.
- Ya la has oído. No quiere ir contigo.
- Contigo tampoco, así que no te metas.
- ¡BASTA! No saldré de mi casa con ninguno de los dos. ¡Estoy harta! –tomé mi abrigo y los aparté de la puerta con un brusco empujón. Salí lo más rápido que pude. Ya comenzaba a oscurecer y no sabía a dónde ir, estaba sola. 

...................................................................................................................................................................
¡Hola, hola! Estaréis contentas de que no tardé ni una semana en subir :P bueno, es que tuve mucho tiempo libre y acabo de terminar el capítulo. Lo de siempre, espero que sea de vuestro agrado y me gustaría ver comentarios... Aparte de eso, siento mucho no subir en la otra novela, estoy sin inspiración y para ser sincera, no he escrito todavía el capítulo. Sé que sabéis esperar y lo entendéis, por eso no me preocupo tanto, pero en cuanto tenga un huequecito en mi agenda, me exprimo el cerebro y escribo. Otra cosa, ¿qué pasa, chicas? ¿Me vais a dejar tirada en lo del concurso? solo recibí tres dibujos, y uno no cuenta porque es de mi hermana :( No tienen por qué ser dibujos, pero bueno. Si no queréis, pues nada. Subiré lo que tengo y ya está, si cambiáis de opinión, ya sabéis, mi correo sigue ahí! Creo que esto es todo. Ah! por cierto, el otro día mirando las estadísticas del blog y esas cosas me impresioné muchísimo por la lista de países que visitan mi blog, ¿os podéis creer que hasta en Italia? jajaja es increíble, GRAZIE MILLE, RAGAZZI. Que conste que eso lo aprendí cuando fui a Italia y no usé el traductor jajaja Bueno, ya está :) Nos leemos!

sábado, 2 de febrero de 2013

Capítulo 11, 2ª T.


-          Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero…
-          Basta, Harry. Quieres a Charlie.
-          No, te he dicho que te quiero a ti, ¿comprendes? Y tú también me quieres a mí. Nunca dejaste de hacerlo.
-          De hecho no. ¿Sabes qué? Siempre pensé que algún día nos reencontraríamos y terminaríamos bien, ¿por qué no? Pero con el paso del tiempo me di cuenta de que estar a tu lado solo me traería problemas. ¿Qué hay de cuando te vayas de gira? ¿Recuerdas por qué me fui? El amor no lo es todo en la vida.
-          Pero juntos…
-          Nos cansaremos. Tú estarás trabajando, yo en la universidad. Conocerás más chicas, ¿Por qué te empeñas en estar conmigo?
-          Yo jamás me cansaría de ti. Y sí, tienes razón. Habrá más chicas, pero ninguna es como tú.
-          ¿No te das cuenta de que acabaríamos mal?
-          ¿Por qué siempre miras el lado negativo de todo? Me gustas, el sentimiento es mutuo. Podemos volver a intentarlo y todo estará bien.
-          ¿Y Charlie? ¿y Austin? No, Harry. No todo es tan fácil.
-          Sí que lo es. Te quiero…
-          Ejem… ejem… -oh, no. -¿A quién quieres, Harry?
-          ¡Charlie! -exclamó sorprendido. -He dicho… ¡te quiero fuera de mi vista, _____! –gritó fingiendo estar enfadado.
-          ¡Pues yo tampoco quiero verte! –exclamé siguiéndole el juego. –Y no pienso irme de aquí, que lo sepas.
-          ¿Ah, no? Pues yo tampoco.
-          ¡Eh, chicos! –interrumpió Charlie nuestra “discusión”. –Podemos sentarnos en otra mesa, Hazza.
-          Claro, eso haremos. ¿Puedes ir pedir a una, cariño?
-          No. Voy al servicio, si no os importa.
-          ¡No, claro que no! De hecho, yo también voy. Adiós, Harry. –entré rápidamente al cuarto de baño, seguida por Charlie. Todo estaba bien, o eso pensaba yo…
-          Oye, bonita, no sé qué es lo que te traes con mi Hazza…
-          No intentes echarme la culpa de tus problemas amorosos. –La interrumpí.
-          Solo digo que no te metas en nuestra relación o…
-          ¿O qué?
-          ¿No te cansas de interrumpir?
-          Me lo dicen mucho…
-          En fin… tendrás problemas si lo haces.
-          ¿Me estás amenazando?
-          No. –rió. –Yo no amenazo, yo advierto.
-          Pues guárdate tus advertencias porque no quiero nada con tu Hazza. Ahora si no te importa, tengo una cita esperándome, bonita.
Y así concluyó mi cita con Austin. Llena de miradas de odio a metros de distancia y… ¿Celos? No. Imposible, yo no estaba celosa. Un momento, la está mirando a los ojos. ¡No! La va a besar. *Detenlos* No voy a hacer eso, conciencia maligna. *Hazlo o te arrepentirás* No puede ser, ¿tú también? Creí que eras la buena... *______* ¿Qué? *______* ¿Qué?
-          ¿______?
-          ¿¡Qué!? ¡No estoy loca! ¡No estoy hablando con mis conciencias!
-          Creo que será mejor que pague la cuenta y nos vayamos.
-          ¡No! –*Oh sí… míralos, ______. Acepta que te gustaría estar en su lugar. En los brazos de Harry, participando en aquel dulce intercambio de fluidos bucales… no lo niegues* -¡Déjame en paz!
-          Estás muy rara, ¿por qué quieres que te deje en paz?
-          No hablo contigo, Austin. -*Celosa, estás terriblemente celosa. Sabes que Harry está loco por ti y te da rabia no tener el suficiente valor como para romper esa relación solo para tener lo que quieres. Porque pase lo que pase, alguien saldrá lastimado. Y prefieres ser tú.* -¡Ya está! Me voy de aquí. –cogí mis cosas y salí del restaurante a toda prisa.
-          ¿Por qué? ¿Qué he hecho? –gritó Austin a lo lejos. No le respondí.
-          Lo siento. –Mi conciencia mala tenía razón. Era una cobarde. Ni siquiera tuve el valor para dejar a Austin así que me senté en la acera y lo esperé. –Ten –le tendí el dinero. –No dejaré que pagues tú solo la cuenta.
-          Un caballero no haría esto, pero estoy algo necesitado. Así que gracias. –Vale, tengo que admitir que eso fue un tanto raro. Aunque me pareció genial que se sincerase.
-          Perdón por irme así. No es justo, no te mereces esto.
-          ¿Qué quieres decir?
-          Eres un chico genial, pero… -no pude terminar la frase, más bien, sus labios no me dejaron terminar la frase. Y mi reacción no se amoldaba a mis planes. -¡Austin!
-          ¡Perdón! Solo… no podía dejar de hacerlo… eres tan hermosa, me gustas mucho, ______.
-          ¿Qué?
-          Sí, desde que te vi y me tiraste el café encima –rió.
-          Pero es que…
-          No, por favor, déjame terminar. –rogó. –Siento que no puedo estar sin ti, y me encantaría que fuéramos algo más que amigos. Por favor.
-          Austin, yo… te aprecio mucho, eres encantador. Pero no estoy enamorada de ti.
-          Seguro que sentirás algo con el tiempo.
-          No, Austin. Estoy enamorada de otro chico.
-          Oh… claro, otro. Creo que es mejor que no me meta, entonces.
-          No te enfades, por favor. Seguiremos siendo amigos.
-          Claro, amigos…
-          ¿Seguro?
-          Ven aquí, ______. –y me abrazó. El abrazo más reconfortante del mundo.
-          Gracias, necesitaba saberlo. ¿Nos vamos a casa?
-          Por supuesto, no quiero que tu amiga me haga picadillo. –Los dos reímos. -¿Sabes? Espero que ese chico se dé cuenta de lo que tiene y no te pierda demasiado tarde. Aunque yo siempre estaré aquí.
-          Claro, el sentimiento es mutuo, amigo.

 
Siempre creyó imposible que alguien llegara a calarle tanto en el pecho. Liam era tan encantador… en cambio ella no era más que una loca. Aunque esto no impedía que Liam cada día la quisiera más. Nunca habían discutido, entre ellos por lo menos. Claro que Daniela no se guardaba sus sentimientos. Aunque esto generase algún que otro problema, sobre todo desde que Charlie apareció en sus vidas.
-          Sigo sin poder creer que nos hayan echado de la fiesta, Liam.
-          No, no, no. –renegó. -Te quiero mucho, pero eso no es cierto.
-          ¿Cómo que no?
-          Te han echado a ti, preciosa. –Liam suspiró agotado. Normal, después de haber luchado contra la voluntad de su novia para llevársela de aquel lugar, era de esperarse que no pudiese ni con su alma. –Vamos a ver, ¿Cómo se te ha ocurrido tirarle el ponche encima a Charlie?
-          Ha llamado a María “fulana”. ¿Cómo creías que me iba a poner?
-          Todo se resuelve hablando. Dime una cosa, ¿has conseguido algo tirándole el ponche?
-          Sí. Apuesto a que nunca volverá a abrir el pico para decir otra barbaridad como esa. –una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. –Además, no tienes ni idea de lo a gusto que me he quedado.
-          Eres mala. –Daniela hizo un puchero al oír esto. –Pero aún así te quiero. –Liam se fue acercando poco a poco a su novia y la rodeó con sus fuertes brazos. Esto la hacía poner nerviosa, a pesar de que llevaran saliendo un año y medio.
-          Dime una cosa, ¿Cómo puedes ser así de bueno conmigo?
-          ¿A qué te refieres? –susurró sensualmente en su oído.
-          Quiero decir que, somos totalmente diferentes. Soy mala, me echan de todos los sitios, podría estar en un rin de boxeo y los problemas vienen a mí como miel para las moscas. ¿Por qué me quieres?
-          Porque me encanta que seas así. Todo lo que para ti son defectos, para mí son virtudes y te contaré un secreto: no soy tan pacifista como parezco. –Daniela rió.
-          Bueno, ya que he pifiado una noche genial, ¿Qué te apetece hacer?
-          Tengo hambre. ¿Quieres comer algo?
-          Claro, ¿puedo fiarme de ti como cocinero?
-          Obviamente. Y eso es porque tú, señorita, me vas a ayudar.
-          ¡Pero Liam! Yo no sé cocinar, y además no me gusta. –Daniela se cruzó de brazos.
-          Entonces pediremos una pizza, ¿te parece?
-          Estupendo. –se acercó rápidamente a él y presionaron sus labios. -¿A qué esperas? Ve a pedirlas, yo pondré una peli.
-          De acuerdo, de acuerdo. No conocía tu faceta mandona.
-          ¿Has dicho algo?
-          ¿Margarita o Peperoni?
-          Sorpréndeme.


Ellos no llevaban tanto tiempo juntos. Tal vez por eso nunca se ponían de acuerdo y tenían tantas diferencias. No terminaban de conocerse y no querían hacerlo. Tal vez hubiera sido mejor aquel “me gustas, pero como amigo” que María nunca se atrevió a decir y así evitar toda esta farsa que descubriría a más de uno. Porque en el amor hacen falta nada más dos personas, si tres son multitud, no digo cuatro…
-          Estoy harta de tus estúpidos Celos, Zayn Malik. Esta relación no da más.
-          ¿Ahora quieres dejarlo? Pues no te daré el gusto de que te vayas con Niall. Él es mi amigo.
-          ¿Y yo que soy? ¿Tú gran premio? ¿Ese del que fardas cada vez que sales con tus amigos? ¡Soy una maldita persona! Y tengo sentimientos. Algo que tú nunca entenderías.
-          Pues te equivocas, sí lo entendería. ¿No dices que soy celoso?
-          ¡Quiero que me dejes en paz!
-          No puedo dejarte en paz. Te quiero.
-          Entiéndelo Zayn, no siento lo mismo. Nunca lo sentí.
-          ¿Y por qué nunca me lo dijiste?
-          ¡Lo intenté! ¿sabes lo difícil que es mirarte a los ojos e intentar decirte que no puedo seguir contigo? No quiero hacerte daño…
-          Pues ya lo has hecho.
-          Hay más chicas que darían la vida por ti. Te mereces a alguien que te quiera.
-          Pero yo te quiero a ti. ¿Crees que no estoy enterado de que me engañas con Niall? A pesar de eso me callo y me fumo todo lo que siento en un cigarrillo.
-          Lo siento… -de verdad lo sentía. Los dos eran unas personas maravillosas y no se merecían sufrir.
-          No. Perdóname tú a mí. Es lo más difícil que he hecho nunca, pero… si quieres romper lo nuestro, hagámoslo. No tiene sentido seguir así.
-          ¿Hablas en serio? ¿así, sin más?
-          ¿Crees que mentiría con algo como esto?
-          No… Zayn, no sabes lo que significa esto para mí. –ella lo abrazó rápidamente. –sabía que no eras tan malo como dicen.
-          Sé feliz con Niall. Pero si me llego a enterar de que ese rubio se pasa de la raya no dudaré en…
-          ¡Zayn!
-          Iba a decir que cerraría las despensas de comida con llave.
-          Eres un tonto. Niall no haría nada malo… -los dos rieron.
Quién diría que en una buena pelea se resolverían los conflictos. Desde luego, Liam no.

Se definían como “la pareja perfecta”. Y, ¿Cómo no? Una chica hermosa, un chico dotado. Sentimientos reales, y buenos. Marcando estilo por cada rincón de Londres.
Sobre Eleanor Calder no se sabía mucho. Era una chica bastante reservada. Pero Louis confiaba en ella desde el día en que la conoció. Y sí. Hizo que se olvidara de Diana por un tiempo. Pero el primer amor siempre vuelve, y dentro de todo, nunca se olvida.
-          Me sorprende que Charlie nos haya invitado a su desfile. –dijo Louis abrochándose la camisa.
-          ¿Cómo no iba a hacerlo, Lou? Si sois la sensación del mundo en este momento.
-          ¿Crees que solo nos usa para tener más audiencia?
-          Parece que no la conocieras… Aún no sé cómo pude juntarme con ella.
-          Todos cometemos errores.
-          ¡Louis! Eso no me consuela. Por cierto, ¿Sabes si irán Diana y su hermana?
-          Sí. Y por lo visto, Amanda también. ¿Por?
-          Por nada, son unas chicas encantadoras. Nunca me has hablado mucho de ellas. ¿Cuándo las conocisteis?
-          Hace un año. No empezamos con muy buen pie, pero ahora somos grandes amigos.
-          Creí que se irían hoy.
-          Se mudaron a Londres, ¿me ayudas con la pajarita?
-          ¿Y eso? Claro, cariño.
-          Sus padres tienen socios aquí. Gracias. Padres de un tal Austin.
-          ¿Austin Leesdate?
-          Creo que sí, ¿lo conoces?
-          Fue mi ex novio. ¿Cuál te gusta más? –preguntó Eleanor enseñándole dos vestidos.
-          ¿Tu ex? El rojo. ¿Y qué pasó?
-          Lo dejamos. Él no entendía mis pautas para salir conmigo.
-          Tengo suerte de que a mí no me pongas pautas.
-          Te equivocas, las tienes, pero las cumples. Ahora, vete a casa antes de que mis padres te vean.
-          Claro. Pasaré a buscarte a las nueve en punto. Te quiero, El.
-          Y yo, Lou. ¡Adiós!

Así es. Todos se dirigían al desfile de modas de la famosa Charlotte Grey. Charlie, para muchos. Una chica rica, preciosa, con un buen trabajo y un novio de catálogo. Aunque no apreciaba nada de esto. Ella solo tenía un objetivo en su vida, triunfar. Claro que después de conocer a ______, su prioridad era sacarla del camino. Y ¿Qué mejor manera de hacerlo demostrándole que Harry Styles solo le pertenecía a ella? 
-          Mi padre no os paga para que estéis en el medio. Así que ¡fuera de mi camino, criadas! Id a hacer algo productivo.
-          Como mande, señorita.
-          ¡Catalina! Necesito una limusina para ir al salón de belleza. ¡Ya!
-          Ahora mismo, señorita Charlotte. ¿Quiere que ordene que le preparen el vestido de gala?
-          Ya deberías haberlo hecho. Estos inútiles tardarán siglos. Es igual, no me voy a estresar. Hoy es mi noche.
-          La limusina está fuera.
-          Me voy. Si llama Harry, dile que no me espere y que se vaya sin mí. ¿De acuerdo?
-          Sí, señorita.
-          ¡Vete a hacer algo!


DANIELA IS COME BACK GIRLS
Seeeeeeh por fin he vuelto para no irme jajaja ¿Qué tal vais con vuestro "lo que sea que estéis haciendo para el concurso"? Porque aún no he recibido nada ¬¬ jajajajaja
Como habéis apreciado en este capítulo, hay varios apartados sobre las parejas que os he puesto. Es como si fuera la primera parte que comienza por el final. Cuando suba el otro capítulo lo entenderéis todo con claridad.
MADREMIADEMIARMABENDITA. no me puedo creer que mi Harry haya cumplido los nineteen  :') que deprisa crecen 


En fin de los enfines que... ¡HARRY SI ESTÁS VIENDO ESTO, QUE SEPAS QUE TE QUERREMOS AUNQUE TENGAS 90 Y ESTÉS ARRUGADO!
Yendonos a otro tema, amoh aer, lo que siempre digo, gracias por los comentarios y los votos :D me hacéis muy feliz, no sé como expresarlo, así que os pondré otro gif 
Aún no tengo el otro capítulo escrito, por lo tanto no sé cuando subiré, pero prometo no tardar mucho :) *palabrita*


Bueno, esto es todo chicas :) besosos
PDT: comentad, espero que os guste! <3 p="">