-
¡Feliz cumpleaños, Boo Bear! Que deprisa creces
–Harry fingió que se emocionaba.
-
Oh Hazza, no llores, yo siempre seré un niño,
como Peter Pan. –todos soltaron una carcajada.
-
Me alegra haber solucionado las cosas con
______. –comentó Liam
-
Sí, todo volverá a ser como antes. –dijo Niall
entrando a la habitación con una caja de pizza.
-
No, todo no. –murmuró Zayn.
-
Por favor, chicos, no empecéis. Charlie es mi
novia, tarde o temprano lo aceptaréis.
-
Prefiero que sea tarde, así te darás cuenta de
que deberías estar con ______, entonces todo volvería a ser como antes.
-
Podríais darle una oportunidad, hacedlo por mí.
–pidió Harry.
-
Lo siento, Harry yo… -comenzó a decir Zayn, pero en seguida fue
interrumpido por Louis.
-
¿Por qué no nos centramos en pasarlo bien?
Vamos, es mi cumpleaños. –todos asintieron y se olvidaron del tema durante el
resto de la tarde.
Narra ______
Me encontraba dando un paseo por
las calles de Londres. Lo necesitaba, hacía bastante tiempo que no me paraba a
pensar. Era el cumpleaños de Louis y tenía que comprarle un regalo. También era
la cena de Nochebuena, lo que significaba una “espléndida” cena familiar, y más
aún cuando estábamos con la tía Melisa.
Hacía frio, así que pasé por una
cafetería y pedí un café para llevar. Mientras caminaba, pensaba. ¿Era otra de
esas casualidades que no me imaginé que pasarían aunque una parte de mí lo
sabía pero tenía miedo de que sucediera lo que sucedió? Sí, hablo de la manera
en la que mi destino se las arregla para hacer que los chicos reaparezcan en mi
vida. Reí al pensar en lo cómico que era. ¿Por qué a mí? Soy una chica normal,
no soy una estrella buscada por los paparazis. ¿Qué hice yo para que mi vida
cambiara de esta manera? Yo no buscaba nada al llegar aquí y sin embargo me fui
con muchas cosas, aunque dejé otras más importantes: una familia. Y no me
importa si no tengo ningún parentesco con ellos. Porque la familia no se trata
solo de eso, sino de lo que ellos me enseñaron. Hay que luchar para ganar, y
aunque pierdas siempre estás ganando algo, el haberlo intentado vale más que
todos los premios que puedan existir. Pero como estaba diciendo, yo gané algo y
ese algo son ellos. Louis tenía razón cuando dijo que era despistada, pensaba
en el destino y terminé pensando en ellos, pero si lo veis bien, no es una
coincidencia.
Todos esos pensamientos se vieron
interrumpidos cuando me choqué con alguien, haciendo que en su camiseta
apareciese una gran mancha marrón claro.
-
Lo siento, lo siento, lo siento –me disculpé.
-
No es nada –sonrió. Tenía una sonrisa hermosa.
No pude evitar quedar hipnotizada al mirar sus ojos de un azul intenso. Siempre quise tener los ojos claros, pero mis
genes no me lo permitían y las lentillas no eran lo mío, por lo que pronto me
acostumbré a mis ojos marrones. Hoy día me siento muy orgullosa de ellos,
aunque no puedo evitar sentir cierta envidia cuando veo a alguien como este
chico. –pensaba comprar otra nueva.
-
¿Perdona? –me había perdido completamente del rumbo de la
conversación.
-
Has desperdiciado tu delicioso café en mi
camiseta vieja y me siento mal. –dijo sonriendo. ¡Por favor! Deja de hacerlo,
decía mi foro interno. –tendré que compensártelo. Soy Austin. –estiró su mano y
yo la tomé.
-
______ -dije devolviéndole la sonrisa.
-
Como decía, hoy no puedo pero si me das tu
número puedo llamarte e invitarte a otro café. -¿me estaba invitando a salir?
-
Yo… eh… claro –le di mi número, sonreí y me
marché antes de cometer otra estupidez de esas que solo me salen a mí.
Fui hasta el centro comercial,
todavía tenía tiempo para comprarle algo a Louis. No fue hasta pasar por el
tercer escaparate cuando una sonrisa se dibujó en mi cara y salí de la tienda
con una gran bolsa, satisfecha por lo productivo que había sido el día. Claro
que siempre tenía que haber algo que me dejara muy desconcertada.
-
¿Hola? –dije contestando la llamada.
-
Cariño, soy mamá.
-
¿Qué pasa?
-
Tengo buenas noticias –dijo entusiasmada.
-
A ver, sorpréndeme.
-
¡Nos mudamos a Londres!
-
¿¡Qué!?
-
Sí, tu padre y yo encontramos la casa perfecta y
lo mejor es que está muy cerca de la tía Melisa.
-
Espera, espera, espera –respiré hondo. -¿Acaso
en tu diccionario de “tomar decisiones precipitadas sin consultarlo
razonadamente conmigo” no está el concepto “quiero acabar mis estudios en un
lugar estable”? y ese lugar no es Londres.
-
Hija, lo hablaremos hoy en la cena familiar. No
llegues tarde ¡te quiero!
-
Pero… -colgó. 1, 2, 3, 4 -¡No puede hacerme
esto! -5, 6, 7, 8 - ¡acabamos de mudarnos a Nueva York! -9, 10 -¿¡Por qué!?
Llegué a casa de mi tía un poco
alterada. No había nadie, supuse que todos estarían en mi “nuevo hogar” y que
allí sería la cena. En realidad no estaba segura de por qué me molestaba
mudarme a Londres, pero ¿así de simple? No sé… yo esperaba terminar mis estudios,
independizarme y en mis planes estaba el volver algún día, pero no así por las
buenas.
Recibí un mensaje de texto, dejé
la bolsa con el regalo de Louis en la encimera de la cocina y me fui hasta el
sofá del salón. “Ven a la nueva casa, tu
madre y yo te esperamos. Está a dos manzanas del departamento de Melisa. Te
quiero.” Era de mi padre. Me levanté del sofá y volví a salir del
departamento, necesitaba aclarar cosas con mis padres.
No caminé mucho, y mi madre me
esperaba fuera, así que no había pérdida. Antes de que pudiera decir algo, la
bombardeé con el interrogatorio que había planeada durante el camino.
-
¿Por qué lo habéis hecho? ¿Cómo has conseguido
comprar una casa tan rápido? ¿No te interesa mi opinión? Porque no me has
tomado en cuenta a la hora de comprarla. ¿Diana lo sabe? ¿Dónde piensas que voy
a estudiar?
-
Negocios; hemos hecho los trámites desde Nueva
York, solo faltaba que nos mudáramos; Me interesa tu opinión por eso necesito
hablar contigo; Diana está al tanto de todo y estudiarás aquí, en Londres.
–respondió con suma tranquilidad y orden. –Pero eso lo decides tú.
-
¿Qué quieres decir?
-
Quiero decir que te estoy dando la oportunidad
de que elijas por ti misma donde quieres vivir, aquí en Londres con nosotros o
en Nueva York.
-
Yo… pues… no lo sé, necesito pensarlo. –no podía
elegir. En Nueva York tenía mi vida hecha, no había empezado de cero para nada.
Pero Londres…
-
Tienes dos días. Tengo que organizar los
trámites de la universidad y tenemos poco tiempo.
-
¡Mamá! No puedo decidir que quiero para mi vida
en dos días.
-
Es mi última palabra. Lo siento, cariño.
Sentía curiosidad por saber cómo
era la casa por dentro, así que me adentré. Era increíblemente preciosa, el
inconfundible estilo de mi madre se apreciaba desde la puerta de entrada hasta cada
rincón de la casa. Ya había servicio trabajando, y mi padre hablaba
animadamente con Diana. Subí por unas escaleras lustrosas y me encaminé hacia
el primer piso, donde estaban las habitaciones. Las puertas estaban abiertas,
con lo cual, no me perdí y rápidamente encontré la que supuse que sería la mía.
No me podía creer que mi madre hubiera trasladado mi habitación de Nueva York a
otra casa, pero lo estaba viendo con mis
propios ojos y, así era.
-
Podemos volver a llevarlo todo a…
-
¿Estás de broma? Me encanta este cuarto, pero…
-
¿Pero?
-
Es que es complicado.
-
Solo piénsalo. Ahora ve a cambiarte, pronto llegarán los
invitados.
-
¿Invitados? Pensé que sería una cena familiar.
-
Vendrán unos socios de tu padre. Necesito que os
comportéis. Por cierto, no hace falta que vayas a casa de Melisa, he traído tu
ropa también.
-
Gracias.
Me senté en la mullida cama y
acabé tumbada mirando hacia el techo.
¿Acaso era otra vez el destino? En ese momento no podía pensar, en realidad no
quería hacerlo.
Aclaré, o por lo menos hice el
intento de aclarar mis pensamientos con un relajante baño. Y había algo que
entendía, Harry Styles siempre estaba en ellos. Olvídalo ______, él no es para
ti. Él no puede ser en lo primero que piense cuando la palabra “irme” aparece.
No. Y entonces fue cuando recordé. ¿Por qué recuerdo? Me hago daño, pero es
inevitable no pensar en ese día.
Flashback
-
¿Estás enamorada? –me sonrojé
instantáneamente.
-
Pu…pues -¿estoy enamorada realmente? En
realidad, no lo sé. Harry ha cambiado mi vida totalmente, y sin él muchas cosas
no serían lo que son, pero ¿es eso estar enamorado? -¿tú lo estás?
-
Bueno, quizás esté equivocado respecto al
significado del término “amor”, aunque si estar enamorado significa no dejar de
pensar ti ni un minuto del día, que me sonrías y alegres mi vida, que me beses
y me hagas sentir la persona más afortunada del mundo por tenerte aquí a mi
lado, no poder esperar para volver a verte… todo eso y mucho más, entonces sí.
Estoy enamorado de ti.
-
Yo también estoy enamorada de ti. –sonreí,
ahora sí estaba totalmente segura de mis sentimientos. –prométeme una cosa.
-
Lo que tú quieras, princesa.
-
Quiero que nunca te separes de mí.
Prométemelo Harry.
-
No te lo prometo, te lo juro. Jamás en mi vida podría separarme de ti, eso tenlo
por seguro. Siempre estaré a tu lado para todo lo que necesites, recuérdalo.
Fin del flashback
¡Basta! Soy la persona más
masoquista de este mundo. Éramos un par de inocentes, ninguno estaba enamorado
realmente. *sigues siendo inocente* dijo
una voz en mi cabeza. ¿Qué? No, en un año he madurado mucho. *estás confusa,
pero todavía lo quieres* ¡Es suficiente! ¿Me estoy volviendo loca? *No estás
loca, solo confusa* Sacudí mi cabeza y salí de la bañera. Quizás llevaba mucho
tiempo ahí dentro. Esto fue lo que elegí para la cena:
Bajé al gran salón, donde las
chicas estaban hablando animadas. Me senté con ellas y me uní a la
conversación.
-
¡No! He olvidado el regalo de Louis en casa de
la tía Melisa.
-
No te preocupes, he ido a buscar unas cosas y lo
he visto. En este momento debe de estar… -el sonido de un… ¡mi móvil! Nos
interrumpió.
-
¡Pequeña zanahoria!
-
¡Lou! Feliz cumpleaños. ¿Te ha gustado el
regalo?
-
Es la mejor zanahoria de peluche que me han
regalado en la vida. Y los chocolates con forma de zanahorias están muy ricos.
-
Pues me alegro. Que os divirtáis. –alguien llamó
al timbre. –Lou, me encantaría seguir hablando contigo, pero las cenas
familiares son algo estresantes. Te llamo mañana.
-
Bien,
¡adiós ______!
-
¿Nadie va a ir a abrir? –todas negaron con la
cabeza. –vale, iré yo.
Una señora muy refinada y
elegante se encontraba detrás de la puerta, junto con el que supuse que era su
marido. Jamás me imaginé que ellos, los socios de mis padres, los señores casi
más ricos del país fueran los padres de…
-
¿______?
holaaa, lo siento lo siento lo siento lo siento. Siempre estoy disculpándome y me extraña no ver mensajes de odio hacia mí, porque me los merezco. Pero tengo excusa já já. Cuando terminé de escribir el capítulo me pasó lo peor, se fue el internet y dijeron que hasta hoy no lo pondrían. Si a vosotras os fastidió no haber visto capítulo imaginaros a mí, que un fin de semana casi entero sin internet no es lo más de lo más. Pero da igual, aquí os lo dejo y espero que lo disfrutéis. Mañana haré otra entrada para informaros de algunas cosas. Besos <3 nbsp="nbsp" p="p">3>