La noria más grande del mundo
resplandecía ante mis ojos. Dentro de una de las cabinas había una bonita mesa,
decorada con un mantel a cuadros y sobre ella, una vela que se ocupaba de
alumbrar el espacio. Harry tomó mi mano y nos dirigimos hacia la cabina.
-
¿Te gusta?
-
Claro que sí. Es precioso… -nos sentamos y
estuvimos unos minutos en silencio, observando el magnífico panorama.
-
Eh… bueno… te he traído aquí para preguntarte
algo… -Harry estaba nervioso y yo lo miré divertida.
-
Vamos, dímelo.
-
Bueno… quizás sea un poco pronto, o tal vez muy
tarde. Pero tengo que decirte algo. Desde que te vi por primera vez, sentí algo
extraño. Y por muy raro que suene, cada vez que te veía esa sensación
aumentaba. Tenía la necesidad de verte, hablarte, besarte… pero tú eras tan
distante, que pensé que lo mejor sería olvidarme de ti. –agachó la cabeza y rió
levemente. –Pero no pude hacerlo. Esa manera tan peculiar que tienes de hablar,
reír, moverte, pegar… -ambos reímos. –en fin… eres lo mejor que me ha pasado en
la vida y quiero pedirte algo… ¿te gustaría ser mi… mi novia? –permanecí unos
segundos en silencio, asimilando las palabras que Harry me acababa de decir y
hasta una pequeña lágrima resbaló por mi mejilla.
-
Harry, yo… ¡estaba esperando a que me lo
pidieras de una vez! –me levanté y corrí a abrazarlo. –Tú eres genial, me has
hecho muy feliz estos días y creo que sin ti no hubiese podido seguir adelante.
Claro que quiero ser tu novia, Harry Edward Styles. Te quiero y nunca me
cansaré de repetirlo.
-
Yo también te quiero, princesa.
Después de un largo mes, seguía
sin tener noticias de mi hermana. Mi madre había prometido llamarme todos los
días, pero solo lo hizo dos veces desde que mi tía volvió. La tía Melisa y yo
estábamos muy unidas. Ella trabajaba menos y pasábamos más tiempo juntas. También pasaba mucho tiempo con los
chicos ya que pronto tendría que volver al colegio y ellos a su trabajo, con lo
cual nos veríamos menos.
-
¿Qué os parece si hacemos algo?
-
¿Cómo qué? –preguntaron los chicos, que estaban
en el sofá jugando con la Play Station.
-
No sé… sois vosotros los que proponéis ideas.
Además mañana empiezo el colegio y no tendré tiempo para salir.
-
¡Gol!
Harry, estás fuera –canturreó Liam.
-
Tu novio ha perdido, ahora podéis iros a hacer
cosas de…novios. –dijo Louis levantando las cejas.
-
¡Louis!
-lo fulminé con la mirada –vámonos Harry.
-
Adiós chicos –dijo mientras subíamos a su
habitación. Entramos y el cerró la puerta mientras yo me sentaba en su cama.
-
¡No quiero ir a clases! Es muy injusto, tú
también deberías hacerlo.
-
Sabes que te acompañaría gustosamente, pero yo
también tengo cosas que hacer. –dijo sacándome la lengua y acercándose
peligrosamente a mí.
-
¿Estás consciente de que habrá chicos… no? –comencé
a picarlo
-
¿En serio? Creía que irías a un internado para
chicas… -dijo sarcásticamente.
-
A lo mejor hay algunos que no se puedan resistir
a mis encantos y tú no estarás allí para poner orden.
-
No hay problema. Mi hermana te vigilará. –cada vez
se acercaba más y yo casi me caigo de la cama.
-
¿Qué? No es a mí a quien tiene que vigilar.
-
Ya veremos… -terminó de acortar la distancia
entre nuestros cuerpos y sus labios chocaron con los míos. Comenzamos con un
tierno beso que cada vez se intensificaba más, hasta tal punto en el que nos
tuvimos que separar por falta de aire. La mirada de Harry era distinta, de
deseo. Volvimos a unir nuestros labios fugazmente y me recosté en la cama. Nuestras
respiraciones eran agitadas, las cosas se estaban yendo de mis manos. Mi móvil
comenzó a sonar y, sinceramente, lo agradecí bastante. Si ese “descontrol”
aumentaba, las cosas no acabarían bien.
-
¿Sí? –dije al recobrar la compostura.
-
… -nadie hablaba, solo se oía una respiración.
-
¿Hola? ¿hay alguien ahí?
-
PI… PI… PI…
PI… -colgaron
-
¿Quién era? –preguntó Harry, que estaba a mi
lado.
-
No lo sé, han colgado. –miré a Harry y recordé
lo que casi pasaba. –eh… creo que debería irme a casa. La tía Melisa debe estar
preocupada.
-
Te acompaño
-
No, no hace falta. –le di un corto beso y
desaparecí de la habitación. –bajé por las escaleras y me encontré a los chicos
riendo.
-
¡Adiós, chicos! –dije antes de coger mi abrigo.
-
¿Te vas tan pronto? –preguntó Niall
-
Eh… sí, tengo cosas que hacer. Chao.
-
¡Qué te diviertas! –escuché decir a Liam.
Salí de la casa y el frío sacudió
mi rostro. Metí mis manos en los bolsillos del abrigo y caminé rápido hasta el
edificio. Me sorprendí al ver un camión de mudanza aparcado justo delante de
este. Subí las escaleras y entré en casa. La tía Melisa se encontraba en el
sillón hablando con una mujer. Le calculé unos 45 años, de pelo rubio, no muy
largo y unos preciosos ojos azules.
-
______ ven aquí. –me acerqué hasta ellas. –Sara,
esta es mi sobrina ______. ______, esta es Sara, nuestra nueva vecina. –le tendí
la mano gentilmente a Sara, parecía muy amable.
-
Hola, cariño. Tú tía me ha contado que mañana
comenzarás en Instituto. Yo tengo una hija que estudia allí, se llama Marta. Seguro
que os hacéis buenas amigas. –Marta… ¿de qué me sonaba ese nombre? ¡Oh, claro! Claro
que lo recuerdo. Solo voy a rezar porque haya muchas Martas en esta ciudad.
-
Oh, sí. Me gustaría mucho conocerla. –en ese
momento sonó el timbre y yo fui a abrir la puerta. Puedo decir que la sorpresa
no fue muy grata… Una rubia mal teñida, con ojos azules y extensiones se
encontraba delante de mí.
-
¿¡Qué haces tú aquí!? –dijo su inconfundible voz
de pito.
-
Da la casualidad de que vivo aquí, y tú no.
-
Genial, primero me obligan a mudarme y ahora
esto. –dijo señalándome.
-
Mira, no me interesan tus problemas…
-
Chicas, ¿os conocéis? –dijo Sara.
-
Solo de vista.
-
Marta, ______ estará en el mismo instituto que
tú. Espero que os llevéis muy bien.
-
Sí, mami, seremos grandes amigas. –falsa.
-
Mi puño y tu cara serán grandes amigos –pensé. –Amigas
del alma –dije sonriendo.
Después de que Sara y la rubia
oxigenada esa se fueran me quedé un rato hablando con mi tía y después me fui a
mi cuarto para llamar a Harry.
-
Hola…
-
¡Princesa! ¿cómo te ha ido?
-
Que tonto eres –reí –nada bien, tengo que
contarte algo.
-
¿Qué pasa?
-
Tengo una nueva
vecina
-
¿A si? ¿Está bue…? digo, ¿Cómo se llama?
-
Rubia oxigenada, mal teñida, payasa… ¿te suena?
-
Ni idea…
-
¿Recuerdas a la chica que le pegué en Starbucks?
-
¡No puede ser! ¿Es ella?
-
Me considero la persona con peor suerte del
mundo, y para colmo tengo que ir a clase con ella. –solo escuché la risa de
Harry. – ¡No te rías!
-
Lo siento, preciosa… mañana si quieres voy
recogerte.
-
Vale, te esperaré, guapo.
-
¿Guapo?
-
Sí, solo hasta que encuentre un mote para ti,
GUAPO.
-
Bueno, tengo que dejarte. Nos vemos, PRINCESA.
-
Te quiero.
-
Yo más.
Después de la agradable
conversación con Harry, me puse el pijama y me metí en la cama. No tardé mucho
en caer en los brazos de Morfeo.
Bueno chicas, sé que este capítulo también es corto. Pero lamentablemente tiene que ser así ya que en el siguiente capítulo comienza digamos que una especie de 2ª parte! No tengo ni idea de cuando subiré el siguiente capítulo, porque todavía tengo que escribirlo y ponerme a pensar como será. Además quiero tener un as en la manga, algo más escrito para cuando se me acaben las ideas y asi no dejaros sin capítulos. Gracias por comentar y seguid haciéndolo por fa! que me alegro mucho cuando entro y veo nuevos comentarios ;) bueno, sin mas que decir, espero que os haya gustado mucho el capítulo :) saludoss y besoss os quiero <3<3
chan chan channnnn...no me imagino a la rubia oxigenada de amiga jajajaja
ResponderEliminarsiguela pronto ;)
kamila XD
jajajaja ya veremos lo que pasa ;) besos <3
EliminarMe encantaaaaaaaaaa!!!! Siguela pronto porfis, habra ams peleas con puño y cara con la rubia mal teñida?? jajajajajajajaj
ResponderEliminarBesos
jajajajaja habrá varios dilemas con Marta, pero no puedo contarte nada nadita porque es sorpresa ;) besos <3
EliminarJajajajajajajaja okok! Sube el siguiente prontito pronito!
Eliminar